U.E. Rvdo. Oliverio Pellicelli
- Comunicacion y Lenguaje Yacuiba
- 15 nov 2023
- 2 Min. de lectura
CUENTOS DE LA U. E. RVDO. OLIVERIO PELLICELLLI - SECUNDARIA
APARICIÓN DE LA VIUDA

ESTUDIANTE: ROJAS S. DARIEN GABRIEL
Esta es una historia real que me contó mi abuela y yo lo comparto con ustedes.
Era una de las tantas noches que mis abuelos, en sus épocas de enamorados regresaban del cine Yacuiba, ya pasada la medianoche se dirigían a su casa por el camino del vertedero del Aserradero, el cual era oscuro y llevaba al paraje El Sauzal; llevaban consigo una linterna, lo que les permitió ver al fondo del vertedero a una mujer recogiendo leña, quien estaba vestida de negro con una gran cabellera oscura que le cubría el rostro. Al ver a esa mujer sola a esas altas horas de la noche, les entró curiosidad de saber quién era, desde donde ellos se encontraban le alumbraron la cara que ella no dejaba ver, pero grande fue su sorpresa que cuando la alumbraron vieron que la mujer no tenía rostro.

En ese instante sintieron miedo, aceleraron su caminar y a quitarse el paso entre ellos, porque tenían la sensación de que los seguían, evitando mirar atrás. Llegaron al portón de su casa, despavoridos, en ese momento los perros empezaron a ladrar y se escuchó una voz tenebrosa que decía: - Agradezcan a los perros que no me los llevo-.
Desde ese día se terminaron las salidas al cine o a cualquier otro lugar en horas de la noche..
LAPACHO Y TOBOROCHI
ESTUDIANTE LUNARIO CANAZA MICAELA KENIA

En un hermoso lugar, cálido, verde, lleno de árboles, existía un pueblo llamado Yacuiba. En ese lugar habitaban dos grandes amigos que se querían mucho, pues vivían muy cerca, se podría decir que eran vecinos. Estos amigos se llamaban Lapacho y Toborochi, tenían la misma edad, crecieron juntos y desde pequeños eran muy unidos.
Un día llegó la primavera y Lapacho comenzó a sacar sus más hermosas flores, Lapacho se sentía muy feliz de mostrar su belleza floral, Toborochi al ver que él aún no tenía flores se puso envidioso, sintió tantos celos que empezó a bajar la autoestima de su amigo diciéndole que sus flores eran muy pequeñas, que ese color no le gustaba y que eran feas.
Lapacho muy triste se puso a pensar y se preguntó, por qué Toborochi no lo quería, si era su amigo debería alegrarse por sus flores y aceptarlo como es, después de mucho pensar Lapacho se dio cuenta que su amigo aún no florecía y que seguro que estaba celoso por eso; entonces decidió hablar con él y le dijo: - ¿Sé que sientes celos por mis flores, pero tú sabes por qué están tan hermosas? Porque en mí no hay envidia ni rencor, solo ten paciencia y llegara también tu tiempo de mostrar tus bellas flores. Toborochi avergonzado le pidió perdón a su amigo y después de un tiempo Toborochi empezó a dar sus más hermosas flores, cuando Lapacho lo vio se puso muy feliz, halagó a su amigo por su belleza y por lo esplendoroso que se veía, Toborochi se sintió feliz y agradeció por la lección que le dio su amigo Lapacho, desde ese día esperaban con ansias la llegada de la primavera para poder alegrar el paisaje con sus hermosas flores nuestro lindo paraíso llamado Yacuiba.
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